Junín, una ciudad referente por sus estudios  de grabación elegidos por músicos de la región
TENDENCIA QUE SE CONSOLIDA

Junín, una ciudad referente por sus estudios de grabación elegidos por músicos de la región

Solicitadas por los artistas, estas salas están a cargo de técnicos de grabación o productores musicales y cuentan con una infinidad de componentes y equipos que brindan una calidad de audio comparable a los reconocidos estudios de Buenos Aires o Rosario.

En el último tiempo, los estudios de grabación se han tornado protagonistas de la escena, al punto que Junín -con alrededor de diez de ellos- se convirtió en una ciudad referente y es elegida por músicos de la región, del país y del exterior para dejar plasmadas las canciones. 

Más allá del boom de la grabación en los hogares, estos estudios profesionales siguen siendo los elegidos por los artistas: están a cargo de técnicos de grabación o productores musicales y cuentan con una infinidad de componentes y equipos que brindan una calidad de audio igual a los reconocidos estudios de Buenos Aires o Rosario.

Para profundizar en el fenómeno, Democracia consultó a los responsables juninenses de estas salas de grabación, quienes dialogaron sobre su actividad y dieron su punto de vista al respecto.

Sebastián Colacilli y Santiago Lazarte están a cargo de El Fuerte. Colacilli es oriundo de Buenos Aires -aunque hace más de 20 años que vive en Junín- por lo que sigue conectado con clientes de Capital, donde “confluyen muchas personas que son de diferentes lugares”, comenzó diciendo a este diario.

Por ejemplo, “vino a grabar una banda ya varias veces que se llama La Banda, que son de América y de Carlos Tejedor, pero residen en Buenos Aires”, explicó. 

Después, “yo hago mucho trabajo también con solistas, y después ellos las replican con su banda. Pero en la grabación, digamos, me encargo de hacer todo, de producirla”, indicó.

“Tengo gente de Capital, como por ejemplo Danan, Javier Jofré, y por ahí me estoy olvidando de algún otro. Acá con gente de la región, por ejemplo, en El Fuerte, Santiago Lazarte trabaja con La Pordiosera, que es de Bragado. Hemos grabado a bandas de la región, como, por ejemplo, de Alem”, destacó.

También, continuó, “hice pistas para gente de la región. Y sí, la verdad es que vienen bastante a grabar. Yo estuve haciendo una pista para una gente de Estados Unidos, una iglesia, me parece que era evangelista”, recordó.

Básicamente un estudio de grabación se sustenta con todo tipo de gente que confluye. “Solo con la gente de Junín no basta, además de que acá hay mucha banda de cover también y la banda de cover no graba. Así que hay que buscar trabajo en todos lados”, señaló.

“A Junín vienen muchas bandas de la zona a grabar, y por el trabajo y por lo que se amplió, por el uso de internet, también trabajás hasta con gente del exterior y con gente de otras localidades o de la misma provincia”, concluyó.

Por su parte, Lazarte recordó: “Lo mío con el audio empezó en el año 1999 cuando me fui a estudiar a Texon, un estudio que en ese momento estaba en Belgrano, y laburé un poco en ese momento grabando algunas bandas acá en Junín, así a modo de prueba. Pero sí iba mucho al Estudio 1, donde se grababa todo: era el único estudio que había en Junín y yo vivía a dos cuadras, así que fue como ir a practicar ahí”.

“Después, estuve más que nada abocado a mi carrera como músico y me reencuentro con el audio en 2006, cuando me fui a hacer unos cursos de Pro Tools, porque el audio había cambiado toda la historia. Ahí empecé a laburar más que nada con jingles publicitarios, con spots publicitarios, y me volví a vivir a Capital”, dijo.

Hace ya unos cuatro años que se juntó con Sebastián Colacilli en El Fuerte, donde graban a la par, “él con Col Records, que es su productora, y yo con Bochinche. Pero aunamos todo acá en el estudio, y ahí se abrió otro panorama de empezar a grabar bandas”, explicó.

“Sí es cierto que hay cada vez más demanda de solistas que graban con bases, con beats y la música mutó para ese lado. Fue cambiando todo y para mí se puede laburar mucho más que antes. Hoy podemos hacer música hasta para videojuegos”, manifestó.

“Hoy estoy con Bochinche, que es mi productora, en El Fuerte y también doy clases de producción musical hace ya varios años a músicos, sobre todo para que puedan aprender a grabarse. Porque hoy, por ejemplo, vienen al estudio, graban las batas y se llevan la sesión; y las violas, teclados y demás arreglos los laburan en un home studio. Y tal vez vuelven para grabar las voces”, subrayó. 

“La posibilidad de grabar”

Mauricio Gómez es el encargado de MG Estudio. Para él tener hoy en día los estudios de grabación “a mano” es poder “tener más a mano la posibilidad de grabar”. “Usamos esa palabra como algo tan simple, pero el ser humano siempre intentó dejar algo grabado en una piedra y algo marcado en la vida”, expresó. 

“Y hoy tenemos la posibilidad de poder dejar plasmado algo que se nos ocurre tan fácilmente. Sin ir tan lejos, en la época del Neandertal, acá nomás en los 60 o en los 70, era súper difícil: te tenías que ir a Abbey Road, a Nueva York, o a Los Ángeles, o mínimamente a Buenos Aires, para poder grabar un material medianamente potable, escuchable. Así que tener hoy en día estudios de grabación tan a mano y pudiendo sacar materiales tan bien logrados, la verdad que es una gran alegría. Gracias a la tecnología hoy nada está lejos”, destacó.

“Podemos plasmar un material a 10 minutos de nuestra casa sin ningún problema, y a la altura de cualquier otro material grabado en cualquier parte del mundo. Tener esa posibilidad acá en Junín y ser parte de eso es un orgullo”, afirmó.

A su vez contó que “hoy hay gente cercana acá a los alrededores de Junín que quiere dejar su huella también a través de una canción, que por ahí no son músicos profesionales, pero quieren cantar una canción y dejarlo grabado”. 

En efecto, “tienen la posibilidad también desde lo económico de poder hacerlo por esa cercanía y el fácil acceso a un estudio de grabación, algo que por ahí en otras épocas no ocurría. El que llegaba a un estudio de grabación lo hacía porque era alguien reconocido, alguien famoso o porque lo llevaba un productor a querer llevarlo a la fama”, sostuvo Gómez. 

“Hoy a cualquiera que se le ocurre tal canción y la quiere grabar a través de una pista o lo que sea, lo puede hacer, es de mucho más fácil acceso. Así que, bueno, está bueno eso”, cerró. 

“Un referente zonal”

Estudio Malevaje nació en el año 2001 a raíz del interés de un grupo de músicos de grabar su primer CD. “Teníamos un trío de tango con Guillermo Paulucci en piano, Darío Altamiranda en flauta y yo en guitarra”, recordó a este diario el responsable Raúl Paulucci.

Fue cuando decidieron grabar un disco en forma casera “con la tecnología que teníamos en ese momento, que era bastante elemental, una consola, micrófonos y una PC con un programa de grabación de audio. Gracias al conocimiento de Guillermo se logró una linda grabación y lanzamos el CD, que lo presentamos varias veces en vivo”, afirmó.

“El entusiasmo nos llevó a hacer nuevas grabaciones. Con ayuda de un amigo construimos una pequeña sala en casa, que era una subdivisión del garaje, y el estudio comenzó a funcionar de esta manera y lo bautizamos ‘Malevaje’”, explicó.

Luego comenzaron a llegar algunos artistas de Junín que solicitaban su trabajo. “Principalmente el que operaba el estudio era mi hijo Guillermo Paulucci que estaba terminando la escuela secundaria. Al irse él a estudiar piano a Buenos Aires, yo continué con las grabaciones que eran de muy diversos tipos: grabar cantantes solistas, conjuntos, hacer publicidades para radio, pasar casettes y discos de vinilo a CD y MP3 y también hacer pistas musicales para distintos usos”, indicó. 

Más tarde, en el año 2010, Raúl llevó a cabo la ampliación del estudio para tener más comodidad y darle un formato profesional. “En este momento el estudio cuenta con dos salas, una para grabar y la otra que es cabina de control, que también se usa para grabar en simultáneo”, informó.

Las grabaciones que se hacen son muy diversas. “Hay cantantes y músicos tanto aficionados como profesionales. También he grabado con grupos de alumnos de escuelas, jardines de infantes y academias de canto y comedia musical, para las cuales también he producido pistas musicales”, dijo Paulucci.

La tecnología actual permite trabajar a distancia, por lo que también le envían audios de otras localidades y del exterior, tanto para masterizar como para orquestar con instrumentos.

“Como somos una familia de músicos, también en Malevaje hacemos nuestras propias producciones musicales y además se usa el estudio como aula para dar clases de guitarra, bajo eléctrico y música”, destacó. 

Hace unos años atrás había en Junín pocas opciones para grabar discos o demos, pero en este momento hay varios estudios que cubren la demanda de muchos artistas locales que buscan grabar su música para difundirla en Youtube y redes sociales, como Facebook, Instagram o Tik Tok, y plataformas como Spotify. 

“Esto es muy común hoy en día, ya que es la manera de promocionar y hacer visibles las producciones musicales y también las presentaciones en vivo. El formato físico del CD ya no es tan común y la mayoría de los artistas busca subir su música a las redes y a las plataformas digitales”, afirmó.

“Muchos músicos también optan por grabarse a sí mismos instalando en su casa un Home Studio con un set básico, que es una computadora con el software de grabación, una placa de audio, un micrófono, monitores y auriculares. Para poder hacer esto además hay que tener algún conocimiento técnico, pero hoy en día hay mucha información en la web que facilita la tarea”, manifestó. Incluso, “hay aplicaciones que permiten hacer grabaciones o producir música desde un celular con buena calidad. Por todo esto es que hoy se graba más que antes, porque en general es mucho más accesible”, sostuvo.  

“En este momento hay en Junín una gran cantidad de propuestas musicales de muchos tipos. Los músicos también buscan capacitarse y estudiar para ofrecer más calidad en sus propuestas”, comentó. 

Por otro lado, también “han surgido muchos espacios culturales y bares equipados con sonido y luces donde los músicos pueden presentarse y además ganar dinero con un derecho de espectáculo”, destacó.

“Esto representa hoy en día un mercado musical muy interesante en la ciudad, que permite a los músicos profesionalizarse y, en este sentido, Junín se está transformando en un referente zonal de la música”, concluyó. 
  
Grabación analógica

En medio de un boom tecnológico, un juninense decidió volver el tiempo atrás y recuperar antiguas grabadoras de cinta, las cuales restaura para utilizar en su estudio RecBox y registrar música de manera analógica como hace 50 años.

Se trata de Jordán Muffarotto, quien, en la era digital, volvió a grabar a la vieja escuela, con equipos que supieron usar grandes artistas del rock nacional para producir sus fonogramas y que adquirió de los reconocidos estudios ION y del Abasto al Pasto.

“Desde chico me gusta la música y me genera curiosidad todo lo que hay detrás del sonido. En 2010 comencé de a poco a armar un estudio usando como plataforma de grabación una PC de escritorio con las herramientas actuales”, expresó Muffarotto a Democracia. 

“Después de más de 10 años de experiencia grabando varias bandas de nuestra ciudad y alrededores, y siempre con la intención de ir progresando en la calidad de grabación, me puse a pensar que los discos de rock que a mí me gustaban como sonaban estaban grabados de forma analógica con grabadoras de cinta y no en una computadora como venía haciendo”, indicó.

Si bien las herramientas actuales de grabación ofrecen infinitas posibilidades de edición, “fui en búsqueda de ese sonido que a mí me gustaba”, explicó. 

La tarea de volver a grabar como hace 50 años no fue un proceso fácil. “En primer lugar tuve que conseguir el equipamiento que consiste en una consola Soundcraft de 52 canales, que pertenecía a Lito Vitale e Iván Cosentino, del año 1993, diseñada para grabar a cinta, seguida de tres grabadoras de los años 70”, sostuvo. 

“Dos de las grabadoras (modelo 3M M79 de 24 canales y mastering, respectivamente) estuvieron resguardadas en un depósito del reconocido estudio ION, con las que se grabaron grandes discos de aquella época. La tercera es una Ampex mm1200 completamente restaurada a nueva que formó parte del estudio del Abasto al Pasto en General Rodríguez, donde se grabaron muchísimos discos del rock nacional”, manifestó.

Una vez con las máquinas en su poder, empezó con un proceso de restauración y limpieza que le demandó varios años y contó con el servicio de técnicos especializados, como Mauricio Gómez y Tomás Rojas, quienes “me ayudaron y sin los cuales hubiera sido imposible tener las máquinas funcionando”, destacó.

Para Muffarotto, los discos grabados a la vieja escuela tienen un sonido único y hay dos factores que los diferencian de la digital.

“Desde el punto de vista técnico, la grabación a cinta brinda una captación del sonido muy diferente a las grabaciones digitales realizadas en una computadora. El sonido podría definirlo como más natural y comprimido, con más similitudes a cómo funciona el oído humano, también analógico”, sostuvo.

Y continuó: “Desde el punto de vista humano, la grabación a cinta es en cierta forma la excusa para que toda la banda esté presente al momento de grabar y muy bien ensayada.

La sinergia de varios integrantes reunidos en un mismo lugar compartiendo un momento artístico y participando activamente en la toma de decisiones potencia los resultados de las canciones grabadas”. 

“Hoy en día los estudios de grabaciones grandes con espacios para albergar a una banda completa continúan desapareciendo y van siendo reemplazados por estudios más pequeños o directamente estudios hogareños conocidos como home studio”, afirmó.

“Desde mi punto de vista, si bien se pueden lograr excelentes grabaciones hechas en una notebook en cuanto a calidad de audio, lo que vamos perdiendo como sociedad son las relaciones humanas, que en la música son fundamentales. Hoy un músico puede grabar de manera solitaria en su casa un disco completo ejecutando todos los instrumentos y sin necesitar un compañero”, aseveró.

“Un gimnasio musical”

David Gratton es productor y dueño de Mega Studio, donde busca plasmar música urbana. “Yo busco una música similar al estilo de lo que es Colombia o Puerto Rico, donde está la esencia de todo lo que es música urbana, como el reggaetón y trap. De hecho, yo aprendí con todos los tutores que son colombianos o de República Dominicana, de toda esa zona”, dijo a Democracia. 

“Hay muchos efectos y mezclas que se pueden hacer, hay mucha variedad para hacer. Y para mí, si sos productor y empezás a cantar, es como que subís a otro nivel”, destacó. 

“Creo que uno puede ir a una academia a aprender, pero lo que más se aprende es la práctica porque siempre está la posibilidad de crear algo nuevo, algo que no existe todavía, y esa es la gracia”, sostuvo. 

 

“Yo quisiera hacer un gimnasio musical en Junín. Yo quiero darle una oportunidad a la gente que yo veo que se esfuerza en verdad. Yo quiero laburar con gente que, por más que haya grabado con el celular o más allá de la dificultad que tenga adelante, hace lo que sea para poder hacerlo. Eso es lo que yo quiero ver”, confirmó. 

En vez de cobrar por producción, “que hoy en día está carísima, me gustaría hacer como una suscripción, para el que yo vea que en verdad le está costando, pero que le mete con lo que tiene, que no pone un pero. Yo puedo sacar un tema en una sola grabación, porque produzco en vivo yo, más allá de producir también después en mi propio espacio, en mi tiempo libre”, subrayó. 

“A mí me gustaría hacer eso: que vengan, graben una maqueta, se lleven algo así. Y que, en vez de pagarme por tema, paguen por mes. Es algo que voy a intentar hacer acá, como proyecto”, cerró su idea Gratton.

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